domingo, 29 de julio de 2007

¡Viva el Estado del Sur!

Donde truena un hecho, ten la certeza
de que ha relampagueado una idea

Ippolito Nievo (1831-1861)
Escritor italiano.
Hace bastante tiempo, el poeta Heli Colombani, lanzó la idea de crear el “Estado del Sur” En estos caminos de Dios tuvo una gran acogida e incluso se convirtió en bandera de lucha de muchos líderes del momento. En esa misma época, el Dr. Rafael Caldera, Presidente de la República, manejaba la idea de crear el “Estado del Sur”, pero en el estado Bolívar. ¿La razón? Instaurar una gobernación con las mismas prerrogativas legales de las entonces existentes (Eran nombradas a dedo) con autonomía política, administrativa y financiera que permitiera el desarrollo de esa vasta y rica región. La cuestión no pasó de allí y todo siguió igual. La idea no cristalizó.

Con la elección de gobernadores y alcaldes por el voto universal, directo y secreto del pueblo, la idea de redistribuir el territorio fue desechada de plano. Los gobernadores de estado, veía un atentado a su feudo, el hecho de que le dividieran su entidad federal. Fue entonces, como para frenar esos impulsos, que optaron por subdividir los estados creando más municipios con la intención de darle oportunidad a más dirigentes y líderes, lograron calmar esas urgencias, acercaron los gobiernos al pueblo, se dieron pasos importantes para la descentralización del poder y la idea original de dividir los estados, se fue diluyendo, pero ahora, cuando se habla de la nueva geometría del poder, creo pertinente, ubicar esa idea de nuevo, en el centro del debate.

Los pueblos del sur de Anzoátegui, estamos bien retirados del centro del poder político, financiero y administrativo que está en Barcelona, la capital del estado. La mayor concentración de electores reside en la zona norte y los gobernantes, obviamente, fijan su gestión, en principio, en esas localidades. El resto del estado, tiene que conformarse con las porciones que a regañadientes le asigna la burocracia central o esperar que un gobernante nacido en esta extensa región, por razones de afinidad, se identifique plenamente con ella y le ponga cariño asignando los presupuestos que en justicia nos corresponden. Lo demás es tirarle piedras a la luna.

En esa dirección, creo importante, revivir la idea original del poeta Heli Colombani a los efectos de que podamos lograr una unidad de propósitos, que nos permita presentar un proyecto del “Estado del Sur”, obtengamos la división territorial y podamos elegir a un gobernador con autonomía política, administrativa y financiera que esté más cerca de todos nosotros, esté comprometido e identificado plenamente con la zona, pueda llegar en poco tiempo a todos los rincones de esta vasta región y nuestros recursos los podamos destinar a nuestras prioridades en consulta, por supuesto, con todas las comunidades que conformarían este nuevo estado.

Lo que aquí planteo, no es una originalidad, es la reavivación de una idea interesante del poeta Heli Colombani, que tuvo una gran acogida y que hoy puede ser retomada, no pensando en el pasado, ni el presente. Es colocando la vista en el futuro y con la firme convicción de que, algún día, no muy lejano, podamos autodeterminarnos en la zona sur. ¡Viva el Estado del Sur!
Está tronando el hecho de la nueva geometría del poder y nosotros, humildemente, ponemos a relampaguear la idea del poeta Heli Colombani. Discutámosla sin pruritos de ningún tipo y que triunfe la mejor idea para estás comunidades del sur.

sábado, 21 de julio de 2007

La reforma constitucional

Nada es tan peligroso como dejar permanecer
largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder
…de ahí se origina la usurpación y la tiranía
."
Simón Bolívar. Angostura 1819.
La actual constitución nacional, nos la vendieron como la mejor constitución del mundo. La más avanzada del globo terráqueo e incluso que iba a durar vigente 500 años. La gente que asistió a votar en el referéndum aprobatorio dijo mayoritariamente que sí y una vez que el soberano le dio su visto bueno, el presidente Chávez en el acto de su promulgación y puesta en vigencia nos ratificó las bondades de la mejor carta magna que se tenga memoria en cualquier país y que se mantendría inalterable, repitió, por 500 años. Hay que olvidarse de la constitución y ponerse a gobernar para todos. ¡Albricias!

Apenas han pasado 8 años de su promulgación, puesta en vigencia y aún cuando no se han adaptado leyes fundamentales a su letra, espíritu, propósito y razón, ya los mismos que la impulsaron, concibieron, promocionaron, redactaron, hicieron aprobar y la promulgaron, solicitan una reforma con el agravante, de que las novedades que solicitan sean incluidas, las elaboran “encapilladas”, a espaldas del pueblo y sin tomar en cuenta que es una materia que nos atañe a todos por igual, ya que es nuestra carta de navegación nacional. Todos somos tripulantes de ese barco.

La constitución que está vigente, interpretando la profunda vocación democrática de los venezolanos, contempla la alternabilidad en los cargos de elección popular. Es un principio fundamental de la democracia y debe ser respetado por todos. Lo otro es buscar perpetuar en el poder a un megalómano con pretensiones de Mesías, que en casi 9 años de gobierno, ha profundizado los males que veníamos arrastrando de la vituperada cuarta república y que ya hacen metástasis en el endeble cuerpo social, moral y ético de la nación.

Lo que desnuda ante la opinión pública, la jugarreta antihistórica que nos pretenden aplicar, es que la actual constitución en nada impide la posibilidad de que el gobierno nacional emprenda medidas para liquidar de una vez por todas, la salvaje inseguridad, la explosiva inflación, el peligroso desabastecimiento, la delicada devaluación de la moneda, el horrible desempleo, el mejoramiento de los servicios de salud, educación, deportes y mucho menos obstruye la construcción de viviendas. Eso lo entorpece, la ineficacia, corrupción e incompetencia. Nada que ver con la constitución.

Las costuras se ven de lejos. La reforma constitucional, tiene un sólo y único propósito. La reelección continúa, indefinida, perpetúa, eterna, perenne, vitalicia e inmortal del actual inquilino de Miraflores. No importa el nombre que le den. Esa es la única y verdadera razón que el pueblo democrático tiene, no que discutirla – no hay nada que discutir – hay que rechazarla de plano y apostar por la democracia, la libertad y la alternabilidad. Y…cuidado con el caramelo envenenado de la no reelección de alcaldes y gobernadores, se lo tragan y mañana el autócrata a logrado su objetivo de eternizarse en el poder y con el control institucional del país, los liquida y lo que no defiendan hoy como hombres, lo llorarán mañana como gallinas cloecas.
Es un grito a tiempo y la humilde opinión de un hombre formado en democracia y que defiende todos los principios que la sustentan entre ellos, uno fundamental e innegociable: La alternabilidad. Y con el espejismo de la reforma constitucional digo al unísono con el pueblo: A otro perro con ese hueso. Cumplan al pie de la letra la constitución vigente y veremos que habrá prosperidad, desarrollo y mejorará la calidad de vida de todos los venezolanos.

sábado, 14 de julio de 2007

Las carreteras del sur

Cuanto más grande es el caos,
más cerca está la solución

Proverbio chino.
En los últimos días he recibido muchas llamadas telefónicas, correos electrónicos y planteamientos personales con relación a las carreteras del sur del estado Anzoátegui. Amables lectores que han leído mi columna en este semanario, me dan cuenta de que, la vía los Yopales, que va de El Tigre – al Cantón del Pao de Barcelona, está infernal. La carretera El Tigre – Pariaguán horrible y para colmo de males las arterias viales que conectan a la tierra soñada con los pueblos del municipio Monagas son una calamidad. Están quedando aislados y aspiran soluciones prontas y oportunas.

Varios entes tienen responsabilidad en la angustiosa situación que viven los productores agropecuarios, los usuarios permanentes y ocasionales de esos importantes enlaces viales. El Ministerio del Poder Popular para la Infraestructura, la Gobernación del estado, la Industria Petrolera y las alcaldías están obligados a concertar esfuerzos, prever recursos y hacer un gran pote, para buscarle solución a está grave problemática. La responsabilidad es compartida, el problema es uno sólo y lo deben enfrentar unidos. La gente lo agradecerá.

No hay tiempo que perder, en pleno invierno la cuestión toma ribetes dramáticos. No vale el argumento del “A mi no me toca” Todos tienen responsabilidad. Los habitantes de la zona sur, los usuarios obligados, los permanentes y los ocasionales, no les importa quién lo haga, lo importante es que lo hagan y lo hagan bien. Los alcaldes de los municipios Francisco de Miranda y José Gregorio Monagas, deben liderar esa cruzada junto al gobernador del estado. Venezuela vive una bonanza petrolera jamás imaginada y resulta insólito que los pueblos que están en el centro de la riqueza petrolera vivan estás calamidades.

Nosotros, que tenemos la suerte de expresar nuestras opiniones a través de este importante semanario, que le ponemos oído al pueblo, que trasmitimos, sus reclamos, angustias y aspiraciones, cumplimos con el sagrado deber de plasmar esta realidad, a los efectos de que los organismos competentes, tomen cartas en el asunto y juntos podamos, más temprano que tarde, celebrar la solución del grave problema que viven las carreteras del sur del estado Anzoátegui.

Hoy, las carreteras, son un caos que nos afecta a todos por igual. Mañana, cuando esté solucionado el problema nos beneficiará a todos y al unísono podremos exclamar: ¡Vivan los gobiernos eficientes y diligentes! Mientras tanto, seguiremos esperando pacientemente y preguntándonos ¿Estará cerca la solución? Dios y la virgen metan su mano.

sábado, 7 de julio de 2007

La Contraloría Social

Hay que hacer algo, pero
no pensar en hacer algo

Francis Picabia (1879-1953)
Artista francés de origen español.

Indiscutiblemente que la Contraloría General de la República es un elefante blanco. Existe en el papel. Todas sus dependencias regionales, municipales y las encargadas de los entes descentralizados tienen una función decorativa. La corrupción les golpea el rostro y ellas miran para otro lado. No han visto, no ven, ni verán. Hay un silencio cómplice. Nadie se quiere meter en honduras, conociendo también la inoperancia del poder judicial y la solidaridad automática de quienes detentan el poder transitoriamente. Temen al ajuste de cuentas.

El constituyente, conocedor de nuestra debilidad jurídica, complicidad y solidaridad automática, previó en la vigente Constitución Bolivariana – la mejor del mundo – el establecimiento de la Contraloría Social, la cual funcionaría bajo la responsabilidad de los ciudadanos. El poder constituyente reside en los ciudadanos, quienes tienen el derecho de pedir cuentas claras, transparentes y eficientes en la utilización de los dineros que administra el poder constituido. El poder reside en el pueblo quien lo ejerce a través de sus administradores. De allí surgen los conceptos de administrado y administrador. El pueblo y el gobierno, pues.

Ahora bien, como ejerce el administrado (el ciudadano de a pie) la Contraloría Social sobre sus administradores (los gobiernos) si todavía la soberana Asamblea Nacional, que fue diligente para voltearle el pescuezo al caballo, por un capricho de la primera niña nacional, no se ha dignado, ni siquiera a discutir un proyecto de ley, que le de armas legales a la ciudadanía para, ante la inoperancia de la Contraloría legal (el poder constituido) pueda ejercer legalmente la función fiscalizadora y contralora, para intentar disminuir la salvaje corrupción que corroe todos los estamentos de la administración pública a todos los niveles. En esas condiciones es misión imposible.

No hay un ápice de dudas, la única manera de reducir a su mínima expresión la salvaje corrupción es armando legalmente al ciudadano para que ejerza la Contraloría Social. Son las comunidades las dolientes de sus propios recursos. Es el vecino el primer interesado de que las obras que se adelantan en su entorno queden bien y los presupuestos sean ejecutados en su totalidad y de manera eficiente. Son ellos los que conociendo el alcance de la obra, el monto disponible y la empresa responsable, los que pueden ejercer eficazmente, con probidad y como parte interesada esa inspección meticulosa que evite el desastre actual de obras chucutas, mal hechas que se convierten en un remedio peor que la enfermedad.

El espíritu, propósito y razón del legislador estuvo bien orientado cuando previó La Contraloría Social en la Constitución Bolivariana de Venezuela. La Asamblea Nacional está en mora cuando no discute y aprueba la ley que empodere a los ciudadanos y mientras tanto, la corrupción continúa haciendo estragos en el cuerpo administrativo de la nación y, lo peor, continúa desacreditando el sistema democrático.
En materia de corrupción hay que hacer algo urgente y no seguir pensando en hacer algo, porque luego puede ser muy tarde. Pónganle el oído al pueblo.